Las Visiones que Isabel ha recibido, de las que ha dejado testimonio escrito, acabaron el 1 de marzo de 2017. Estas Visiones se produjeron durante los miércoles en su oración a las seis de la tarde. Ella se preparaba espiritualmente evitando todo compromiso o distracción, que coincidiese con ese día y hora.
Pero, si bien acabaron las Visiones que se habían de publicar, la cita en la oración de los miércoles junto al crucifijo, con el recogimiento extraordinario que siente en dicho momento, ha permanecido a lo largo de los meses, que median hasta esta nueva comunicación del Señor con sus hijos. ¿Qué se puede decir que haya sucedido en estos meses? No han transcurrido en balde. La comunicación del Señor no se ha limitado a decirle cosas generales o referentes a otros temas, sino, sobre todo, a prepararla para vivir su Pasión de una manera tan viva que participe todo su ser, que quede sumergida en todos los tormentos que sufrió. Y estos sufrimientos resulta que, de un modo misterioso, son actuales.
El 26 de septiembre de 2018, en la oración del miércoles a las seis de la tarde, el Señor le comunica que va a tener visiones de su Pasión. Este anuncio le hace comprender cuál era la causa de esos pasos previos, y, en parte, la insistencia de las ráfagas que sobre su Pasión aparecen en los Mensajes y en las Visiones anteriores. Y a partir del 24 de octubre comienza a recibir dichas Visiones de la Pasión.
Otro detalle más vivo fue con motivo de una operación quirúrgica sufrida el 10 de octubre. En el transcurso de la operación se hacen las heridas de rigor, curadas tras la intervención, pero además de otras muchas diferencias advierte que al Señor no le curaron las heridas. Era otro paso más a la comunión con los dolores de su Pasión.
Estas Visiones no se publicarán en la página web, por expreso deseo del Señor. Se publicarán en forma de libro a partir del momento que el Señor le indique. Dicho libro no será objeto de venta, ni tendrá precio. Pero se publicará con aportaciones voluntarias: el que pueda y lo desee. Sin duda será una limitación muy grande a su difusión, pero así ha pedido el Señor que se haga.
Sólo queda por decir que nuestra espera de las Visiones puede ser preparada, ahora por nosotros, de un modo increíblemente fecundo: meditando y conformándonos con la Pasión del Redentor a través de las cruces de cada día. Hay un frase hecha de un pintor romano muy citada para inculcarnos la constancia en el trabajo: Nulla dies sine linea (Ni un solo día sin una pincelada). Pero de ahí una mano cristiana ha sacado otra mucho más necesaria: In laetitia nulla dies sine cruce (Ni un solo día sin cruz gozosamente). Y puede resultar que lo que esté recibiendo Isabel lo podamos ya vivir y gustar por anticipado. No se trata de probar fortuna. Ése es el verdadero deseo del Señor: darnos a todos gustar de su Pasión, “Beber el cáliz que Yo he de beber, bautizaros con el bautismo con que Yo me voy a bautizar”. (Mc 10,38).
El director espiritual de Isabel